Lealtades y fidelidades invisibles entre hermanos.

Dentro del ámbito terapéutico hemos visto en repetidas ocasiones el impacto que suele tener el que algún hermano presente una capacidad diferente, o destinos difíciles como enfermedades serias, que fueron regalados a algún familiar o muerte a temprana edad, debido a que son condiciones que suelen alterar el ámbito familiar.

En un caso así puede servir el visualizar al hermano afectado, mirarlo a los ojos y decirle: “Hermano (a) tú tienes una desventaja, lamento mucho que así te tocara, puedes contar conmigo cuando lo necesites, yo estoy saludable, y en tu honor tomo mi salud y mi vida como un regalo y permito que tú la compartas.” Cuando se trata de muertes trágicas o a temprana edad de alguno de nuestros hermanos, pueden aparecer dinámicas ocultas tales como “yo como tú… ” ya sea pongo en riesgo mi vida, sufro, etc. El resultado será sufrimiento, por ello el maestro Bert Hellinger explicaba que se pueden compensar estos hechos, pero de manera consciente y a un nivel más elevado, es decir, se pueden compensar orientándonos a la buena vida, porque a esas personas que perdieron la vida no les hubiera gustado prolongar de manera ciega el sufrimiento.

Y en el caso de tener un hermano (a) que fue regalado (a) a otra familia, la frase que sirve enormemente es: “Tú perteneces a nuestra familia y respeto tu lugar de hermano (a). Una lealtad son comportamientos inconscientes que se desarrollan por amor, aunque generalmente estos comportamientos pretenden compensar con más sufrimiento, la vida nos pide conductas de amor, pero un amor adulto, despierto, que es el que honra los destinos difíciles de cada persona, ya que en cada destino siempre hay una grandeza y aprendizajes. Si has experimentado alguna situación parecida te invitamos a constelar con el propósito de desarrollar una mirada compasiva y al servicio de la vida.