¿Diabetes… o falta de amor expresado?

Empecemos primero por mencionar que la salud y la enfermedad son estados del ser humano y no separados del mismo. De acuerdo a Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke en su libro: La enfermedad como camino dicen: “el cuerpo físico nunca está enfermo ni sano” sino que solo manifiesta las informaciones de la mente. Ahora definamos el concepto de enfermedad como la pérdida de armonía o un trastorno del orden “equilibrado”, está perdida se da en la conciencia y se manifiesta en el cuerpo físico. Todos esos desequilibrios en la conciencia llegan al cuerpo físico y desencadenan síntomas que degeneran en una enfermedad.

Todos esos síntomas tiene un propósito específico y son consecuencia de un desorden que tienen como finalidad ser mirados y reconocidos. En la medicina actual la finalidad es los síntomas y atacar la enfermedad sin dar importancia al individuo que enferma y las posibles causas psicológicas o emocionales que le pudieran estar provocando la situación. Desde la mirada sistémica de las constelaciones familiares los síntomas son desordenes, excluidos, lealtades, desequilibrios o conexiones con los ancestros directamente involucradas con su sistema familiar. Es importante entender que es necesario la polaridad en el universo para todo, la dualidad es necesario para el buen funcionamiento del universo, del planeta, de la naturaleza y de los seres humanos, aspectos como el ying-yang, el positivo y negativo, la luna y el sol, masculino y femenino, día y noche, vida y muerte.

Ahora pasemos a definir el concepto de curación desde este mismo punto de vista es el acercamiento a la salud a la unidad, pero desde la mirada de la medicina actual la enfermedad es una molesta perturbación del estado de salud que es necesario impedir y desterrar. Ahora desde el punto de vista de la mirada sistémica todo esto forma parte de un sistema de regulación más amplio enfocado hacia la evolución. Es por ello que es necesario los polos opuestos incluso para la salud, ya que esto nos indica una señal de que detrás existe un pecado, culpa o defecto. Brigitte Champetier en su libro: Constelar la enfermedad describe a la diabetes como la enfermedad del miedo, repugnancia y resistencia, aquí el individuo tiene varias intrincaciones que deberán ser consteladas una por una; también existe un doble rechazo propio o por fidelidad hacia la madre, transgrediéndose los órdenes del amor del equilibrio (al no tomar a la madre) y del orden (no respetarla) aquí el azúcar o glucosa dulcifica la culpa convirtiéndose en veneno. Una culpa que no se quiere ver, así como repugnancia y hasta abusos (sexuales o de otro tipo).

En resumen el ser humano participa por medio de la culpa en convertirla en enfermedad que lleva a la muerte, el poder reconocer esto es un gran paso, pero lo que generalmente se hace es no asumir, emitir juicios y luchar contra ella, entonces de ser una compañera la enfermedad se convierte en una carga que tiende acelerar el proceso de muerte. La enfermedad al mismo tiempo forma parte del proceso de sanación. De acuerdo a Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke detrás de un síntoma existe un propósito un fondo que tiene una finalidad específica. La diabetes en este caso se asocia al páncreas y su producción de insulina cuando hay un déficit se desencadena la enfermedad, esta falta de insulina en el diabético provoca la falta de asimilación del azúcar de los alimentos, escapando el azúcar del cuerpo en la orina. El azúcar representa al amor, detrás del deseo del enfermo de comer cosas dulces y su incapacidad de asimilarla y almacenarla existe un deseo no reconocido de la realización amorosa, unido a la incapacidad de aceptar el amor, de abrirse a él. La diabetes produce hiperacidulación, y desde esta perspectiva la acidez es símbolo de la agresividad, la dualidad o polaridad amor-agresividad, azúcar-acido. No puede retener el amor y allí se encuentra el meollo del asunto. Lo recomendable es constelar tema por tema y agregar un buen estado de salud, comer saludablemente, hacer ejercicio y mantenerse con la mente en paz y tranquilidad.

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