Consintiendo a mi niñ@ interior.

Existen tres situaciones en la vida que nos marcan como seres humanos cuando llegamos a ser adultos:
1. Relación con Papá 2. Relación con Mamá 3. Relación con tu niñ@ interior

De como te relacionaste, tu interacción con ellos y te nutriste de ellos con amor, dependerán tus relaciones dentro de tu vida adulta con tu entorno, es por ello que es necesario integrar y sanar los pendientes que se hayan quedado; En especifico la relación con tu nin@ interior puede transformar tu vida de adulto para bien. Pero a todo esto ¿Cuáles son las pistas de que tenemos el niño interior herido?

• Explosiones de ira

• Hablar con voz infantil siendo ya un adulto

• Manipular a los demás

• Adicciones

• Ser controlador u obsesivo

Eric Berne habla de los estados del Yo y describe de manera magistral los estados por lo que atravesamos los seres humanos a lo largo de nuestra vida, el Estado niño y tiene que ver con una reliquia arcaica de un periodo temprano significativo en nuestra vida. Berne menciona también que si lo cuidamos surge la espontaneidad, creatividad, entusiasmo, habilidad etc. Pero cuando este herido tenemos una personalidad atemorizada, vergonzosa, malhumorada, etc. John Bradshaw dice en su libro el niño herido, que cuando tenemos regresiones espontaneas de adultos, es el niñ@ interior en acción. Los berrinches, sucesos que recuerdan malos momentos desencadenan una ira infantil que se conecta con alguno de los padres o los dos, esos sentimientos e ira nos reprimen y nos contaminan de adultos. Es por ello que desde niños necesitamos seguridad y orientación positiva para separar los sentimientos de los pensamientos. Ya que a veces existe violencia y crueldad de parte de los padres o abuso que de adultos te convierte en un ser ofensivo y cruel. Es un hecho que las emociones nos impulsan para bien o para mal, y eso nos hace confundir la dependencia con el amor y no saber identificar los limites emocionales; las adicciones tienen que ver con la tristeza, soledad, miedo y la depresión con el vacío y la apatía.

John Bradshaw menciona que existen tres tipos de abusos que nos marcan de por vida de niños:

1. Abuso Sexual: se da cuando es utilizada al niño para dar placer, cuando falta equilibrio en el matrimonio, las madres utilizan a los hijos para satisfacer sus necesidades emocionales, ocupando un lugar que no les corresponde.
2. Abuso Físico: se da cuando se genera violencia y a la larga autoestima baja. Las palizas y los castigos corporales tienen efectos secundarios duraderos, si a eso le sumamos el bullying escolar se genera una vergüenza recurrente que se vuelve difícil de superar.
3. Abuso Emocional: se da como efecto de los dos anteriores, aquí el niño está lleno de energía no resulta, tristeza, traumas, es energía que busca ser expresada.

Todo esto lleva a la conmoción que genera aflicción y desencadena depresión y finaliza creando negación y entrando en una zona de confort. Generando Ira, heridas y tristeza que desemboca en remordimiento, vergüenza y soledad.

¿Quieres saber más al respecto?

Visita nuestra fanpage de Facebook:

https://www.facebook.com/JivaAnamaya/

¿Quieres dejar un comentario?

¡Puedes compartir este articulo!